TORRIJOS EN LA RED

TORRIJOS EN LA RED

domingo, 28 de agosto de 2016

CRISTIANOFOBIA

Así se defendieron los feligreses contra un ataque cristianófobo en plena misa en Ávila

Dom 28·8·2016 · 7:07 2
Este viernes el Cardenal Antonio Cañizares ofició una misa en Ávila con motivo de la la fiesta de la Transverberación de Santa Teresa. Un energúmeno intentó reventar el acto religioso.
Si van a meter en prisión a un cardenal por discrepar, que me encarcelen también a mí
Puedes asaltar una capilla y amenazar con quemar a obispos, pero no seas islamófobo
El energúmeno huyó cuando los feligreses se enfrentaron a él
Según el digital Ávila Red, el alborotador se ha puesto a gritar insultos contra el cardenal dentro del templo, llamando “nazi”, “ladrón” y “fascista”, interrumpiendo la misa a los diez minutos de su inicio. Un grupo de feligreses ha abucheado y ha plantado cara al cristianófobo, que ha salido del templo ante la reacción de los católicos y ha terminado huyendo, como se puede ver en este vídeo publicado en el canal de Youtube de Ávila Red:
Hay que decir que ataques como éste no se pueden explicar al margen de el hostigamiento que está promoviendo la izquierda contra los católicos en España, incluso llevando a obispos -entre ellos a Monseñor Cañizares- a los tribunales por el mero hecho de criticar leyes que lesionan los derechos constitucionales de los ciudadanos con la excusa de combatir la homofobia. Algunos parecen dar por hecho que si eres católico ni siquiera tienes libertad de expresión.
La izquierda critica a los feligreses pero no al alborotador
Significativamente, en los comentarios de la noticia de Ávila Red, en el agregador Meneame.net y en Twitter (ver las respuestas a este tuiteo), multitud de izquierdistas han criticado la reacción de los católicos, sin dirigir ni el más mínimo reproche al alborotador. Por lo visto, cuando alguien intenta impedir el ejercicio de la libertad de culto reventando un oficio religioso a gritos e insultando al oficiante, lo que quiere la izquierda cristianófoba es que los católicos nos dejemos pisotear sin rechistar. Pues va a ser que no. Uno de los derechos que tiene todo ciudadano de cualquier país democrático es el de la legítima defensa, y los cristianos tenemos derecho a defendernos cuando nos atacan y nos insultan, igual que cualquier otro ciudadano.
Si atacas una mezquita, entonces la izquierda te llama islamófobo
De hecho, ¿cuál sería la reacción de la izquierda si alguien entrase en una mezquita a insultar a un imán? No hace falta siquiera que se produzca un hecho como ése. Hace dos meses un grupo ultraderechista encendió bengalas ante una mezquita en Madrid y rápidamente la izquierda empezó a lanzar acusaciones de islamofobia. Y eso poco después de que esa misma izquierda no tuviese reparo algunos en aplaudir el asalto de una capilla católica entre gritos de “vamos a quemar la Conferencia Episcopal”. Hay que decirlo alto y claro, de una vez por todas: si la izquierda española se lleva bien con el Islam radical es porque ambos coinciden en una visceral cristianofobia, un sentimiento tan cargado de odio e intolerancia que la izquierda ya ni siquiera tiene reparos en justificar ataques violentos contra los católicos, como si por el mero hecho de serlo ya nos mereciésemos todo insulto, agresión y maltrato que podamos sufrir.

miércoles, 3 de agosto de 2016

POESÍA ERES TU




POESÍA ERES TU

                      Me llama la atención la escasa atención que prestan los libreros a la poesía. Y lo mismo se puede decir del teatro. Si vais a una librería y echáis una ojeada por las estanterías os llevaréis  la triste sorpresa de que no publicitan libros de poesía ni de teatro. Y si lo hacen son los mismos poetas de siempre, es decir aquellos que destacaron por sus posiciones políticas de izquierda, es decir: García Lorca, Miguel Hernández, Salinas, Machado (Antonio), Alberti, Neruda, etc . Los demás apenas existen, excepto algún privilegiado.
        Pero la pregunta que hay que hacernos es la siguiente: ¿"Por qué no se lee apenas poesía"? La respuesta es que la imaginación hay que trabajarla; las imágenes que nos presenta el poeta hay que leerlas detenidamente; los símbolos frecuentes no atemorizan; las metáforas nos dan miedo; la simbología nos llena de estupor. Todo ello hay que descifrarlo, el argumento es complicado, la trama que se describe hay que analizarla.
        Todo ello lleva a la conclusión de que la poesía es inalcanzable para el lector medio. En cambio, la novela tiene generalmente un argumento lineal, algo que nos vas llevando por un recorrido lógico. Se describe a los personajes en su aspecto exterior, así como de su forma de comportarse, de pensar, de reaccionar hacia nuevos acontecimientos. El personaje es desmenuzado. A veces con descripciones meticulosas, pero otras veces con pequeños trazos que os hacen ver al personaje de manera clara y contundente.
           Pero en poesía todo es imaginación, interiorización, modos de reaccionar ante situaciones concretas, ante pensamientos, imaginaciones que nada tienen de concreto. Las metáforas nos desconciertan; el cromatismo nos deslumbra y apenas podemos ver la realidad; las imágenes nos enajenan.
               Todo en la poesía nos llena de inquietud, no nos atrevemos a detener la vista en un verso, tenemos que cerrar los ojos y tratar de llegar al conocimiento exacto de lo que el poeta quiere transmitir. Por ello la poesía cuesta trabajo leer. Pero una vez que nuestra mente se ha acostumbrado a la lectura de los símbolos y las alegorías la lectura se hace más sencilla. El mundo oscuro y lleno de simbologías se aclara y la luz aparece ante nuestra mirada para hacernos disfrutar de un cuadro lleno de color.
                      Por ello la poesía hay que leerla con atención, relamer todo lo que describe, detenerse en su belleza cromática, simbólica y deleitarnos con una especie de alimento espiritual que sosiegue nuestro mundo interior.
                          Luchemos por un mundo en donde venza la poesía y la prosa quede para los prosaicos.